lunes, 13 de enero de 2014

EL MISTERIO DE LA EXISTENCIA

Después de someterse a una brutal oleada de infiernos y paraísos se puede comprender el misterio de la existencia.

domingo, 12 de enero de 2014

HABLANDO DE FOTOGRAFÍA

¿Se han llegado a preguntar que la vida transcurre a través de los momentos que recordamos como ideas vagas de algo sucedido? La realidad no es más que una ilusión que penetra en nuestro cerebro en un abrir y cerrar de ojos. La realidad tiende a ser tan voluble, tan liviana, tan fugaz. Es la traición de la memoria quien nos hace mezclar lo que escapó del pasado y lo que no podemos atrapar del presente. Por ello la fotografía nos ofrece esa posibilidad de detener y vivir por más de una vez un instante preciso, un presente capturado. Nos permite tejer una mil realidades que salen de la madeja oculta en la mirada que está detrás de una cámara que simplemente nos transforma los mundos.

A PESAR DE TODO, VAMOS

¿Sabes? A pesar del ir y venir de las olas. Del humo, de lo amargo del licor. De lo sumido que esté el mundo en el lodo. De los gritos silenciados de las calles a las 3 de la mañana. A pesar de todo hay una esperanza.
Vamos, lejos del ruido.
Vamos.
Vamos al lugar donde solo las miradas hablan. 

domingo, 29 de diciembre de 2013

A BESOS TE ESCRIBO

Sabor,
Sabores,
Sabores a ganas, a momento, a lugar, a tiempo, tiempo eterno, atemporal.
Cósmico, estelar, universal.
Naufrago, prófugo, amo, esclavo…
Detener el tiempo, tener tiempo
Luna, licor, calor, frío, cerveza, cenizas, lágrima salada, pausada…
Ausentes…
Besos, ¿qué puedo hacer sin ellos?

LA TINTA SECA SOBRE EL SOFÁ

Un tintero sin tinta. El verde sucio del sofá. Las persianas somnolientas con pereza de permitir el paso a la luz. Un despertador agotado de gritar. Una botella vacía. Un Don’t leave me now, don’t say it’s the end road y un soneto anónimo.
Nadie imaginaría a una persona así, con lentes oscuros, labios secos, ideas a flor de piel, aliento con sabor a whisky; un tipo en cuyo cerebro copulan pensamientos y dan a luz a versos perdidos en lo blanco del papel.
Hombre sin identidad, su nombre sepultado entre libros viejos y recortes de periódico.
Sutano, mengana, sexo, vodka, hielo, cigarrillos, lágrimas, otro día idéntico al anterior.
Día frío. Los pensamientos en su cabeza no dejan de reproducirse. Primer vodka de la mañana, este personaje protagonista de su propio olvido decide salir a caminar.
Camina entre la multitud, entra al primer café que ve abierto. Un café, So, so you think you can tell […] un cigarrillo, una servilleta […] escribe su verso con las últimas gotas de café.
Cansado de actuar como una persona normal, pide la cuenta, paga y de nuevo a caminar.
Sus pasos lo llevan a una calle desconocida, la curiosidad lo ataca, continua caminado, paso tras paso arrojaba al suelo aquellos versos obsoletos, calcinados por el tiempo; detuvo su caminar, levantó la mirada, con una expresión de conformismo, cabizbajo se abrió paso entre la oscuridad y entre el neón pálido de los avisos de los moteles baratos, un bar hambriento devora a un poeta más.
En ese bar lleno de tristezas, se ven sólo hombres a los cuales la fortuna les es ajena, el poeta camina lento hacia la barra. Un trago. Una palabra. Dos palabras. Un suspiro. Una lágrima. Un verso. Una vida, una vida resumida en cuatro estrofas, catorce versos, un triste soneto que leído por la soledad, un soneto que sólo en el olvido queda.
Sólo se puede leer “Bienvenido al club de los poetas muertos"

viernes, 27 de septiembre de 2013

INCONCLUSO SEGUNDO

"Muchos necesitan la felicidad para sobrevivir. Yo no."

Él pintaba la felicidad con otros pinceles. La escribía con otras letras. La encontraba en lo sencillo de la vida. Para él la felicidad era el todo, si llovía, si hacía sol, si saltaba, si caía, la oscuridad, los colores, las tardes de domingo, la mañana de los lunes.

Un día la vio, fue tan solo por un momento, momento que bastó para que su alma atravesara sus ojos.

Después de un tiempo ya no se le ve sonreír, ya no salta, ya no corre, solo cae. Se quitó la venda de sus ojos. ¡Fue un viento! fue un viento que pasó suavemente arrasando todo, llevándoselo todo. La buscaba, la busca, pero solo quedan edificios y carreteras a ningún lugar. Nunca la ha dejado de buscar. ¡Así es la felicidad! pero, para ti, para ti cariño, ¿qué es la felicidad?

jueves, 12 de septiembre de 2013

DE LETRAS, FOTOGRAFÍAS Y RECUERDOS

“A lo largo del tiempo he descubierto tantas cosas, he conocido tantos lugares que ya no recuerdo la mayoría de ellos, he leído tantas cosas, he reído tantas veces, he llorado muchas veces más, y he sido protagonista de cientos de sueños y miles de pesadillas; soy muy joven lo sé, aún me queda mucho por vivir, pero a la vez es, tan poco. Si me arriesgo no es porque quiera acabar con todo, sino porque nada me satisface como antes. Recuerdo lo que solía decirme mi mejor amigo, “Las cosas llegan cuando tienen que llegar, solo debes tener paciencia” y justo así lo encontró la muerte, siendo paciente, demasiado paciente para mi gusto; me pregunto cómo su cerebro permitía que tal barbaridad se desprendiera de sus labios, nunca le hice caso cuando lo decía, de pequeño siempre supe que la vida es ese correr de los días que cada vez son más rápidos, es eso que pasa sin que te des cuenta.
Asaf dfrshfv dhfrisvrvs sfurhrsubfvis vsfdhs jhfdsh yhdfbf dfasd jgfad, ldyfad, dfkasgbdf ujdf dfgasdgk dfhasd sdfn, sdfasdf dfasd, dfga, dgfasd, sdfabdfs asdgfas fgsg asdghfasbdg sadfas, hdaf, hfdas udghfasdh.
A los seis, lo recuerdo muy bien, además de intentar cocinar a mi perro, había otra noble y furtiva causa en aquel incómodo incidente; saber hasta dónde podía llegar. Muchos consideran que este es el mismo impulso de un psicópata; me encuentro totalmente de acuerdo.
De un psicópata, y de los niños, de los científicos, de las amas de casa, de las putas, de los incrédulos, de los estudiantes, de los creyentes y de los oficinistas que ven pasar la vida por la ventana; excepto, claro está, de los policías y militares, a éstos se les prohíbe pensar.
Solo espero que la próxima vez que decida intentarlo, no estén mis padres, ni lo suyos, cuando vuelva a tocar la puerta de la desgracia, o intente cocinar a mi perro, y se me queme la vida en la puerta del infierno. ¿Qué más da? Nada de esto viene al caso, pero allí afuera hay una ciudad que ni siquiera padece de frío, una ciudad que solo se sienta en sus propias ruinas a ver qué pasa.”
Era normal encontrar textos como estos dispersos a lo largo y ancho de su habitación, como si después de una fuerte explosión, fragmentos de metralla se incrustaran en el suelo y paredes solo para lastimar a quien se atreviese a adentrarse en su reducido mundo.
Él era inmune a toda herida, o por lo menos eso era lo que pensaba, conoció a la chica que tal vez no era el amor de su vida, tal vez era el amor de su momento, tal vez no era nada, tal vez lo era todo, lo seguro era su incomparable belleza y la fuerza de su mirada. Él quería recorrer cada rincón de su cuerpo, conocer el sabor de sus labios, la suavidad de su piel, la profundidad de su ombligo, sentir la dulce humedad de su pubis; todo era como si el destino, Jesús o incluso Buda hubiesen conspirado para que estuviesen allí, sus labios se rozaban lentamente provocando ese electrizante ambiente que los rodeaba, sus manos dibujaban figuras en el aire como preámbulo al contacto entre sus pieles, sus miradas expresaban más que cualquier frase, no se trataba solo de juntar sus cuerpos, consistió en fundir sus almas; de repente despertó, con furia réplica y maldice tendido en su cama, en sus gritos se refleja el dolor que causa el que ella no esté, en sus ojos se ve que fueron sus recuerdos los que se apoderaron de sus sueños para reabrir sus heridas. Todo el tiempo transcurrido en esa habitación fue solo una ilusión de su mente atrapada en la dimensión creada por aquello que llamamos amor. Solo puede estar allí, solo, rodeado de letras y fotografías.